La finura y el sabor de la Lenteja de La Armuña la convierte en única en el plato y es el resultado del buen hacer de los agricultores que seleccionando las mejores parcelas y un cuidado esmerado de las mismas, sin tratamientos agresivos.
Hace 15 años la Lenteja de La Armuña conseguía el distintivo de Denominación Específica por parte del Ministerio de Agricultura, siendo la primera lenteja protegida por una denominación de calidad. Tres años después, la Unión Europea ratificaba a nuestra Lenteja armuñesa como Indicación Geográfica Protegida, extendiendo la protección a todo el territorio de la Unión.
El distintivo de calidad es el reconocimiento que avala la singularidad, la tradición y la historia de una Lenteja excepcional, que como todo buen embarazo, permanece nueve meses en el campo desde su siembra otoñal hasta los calores estivales, momento en el que se recoge la preciada y esperada legumbre.
La finura y el sabor de la Lenteja de La Armuña la convierte en única en el plato y es el resultado del buen hacer de los agricultores que seleccionando las mejores parcelas y un cuidado esmerado de las mismas, sin tratamientos agresivos, consiguen una calidad inigualable, ciertamente reconocida en nuestro país.