La vendimia se realiza de forma manual, transportándose las uvas en cajas de 200 kilos a la bodega, utilizando un camión refrigerado para asegurar su correcta conservación. Tras un proceso de despalillado y un prensado suave, los mostos inician la fermentación alcohólica primaria en tinas de madera, donde permanecen en contacto con sus lías hasta finales de abril. Posteriormente, se añade el licor de tiraje (mezcla de levadura y azúcar) antes del embotellado, momento en el cual comienza la segunda fermentación, la cual transcurre de forma lenta durante 3 a 4 meses a temperatura controlada de 10-11ºC. Esta fermentación prolongada permite preservar la integridad de las burbujas y obtener una mayor finura en el producto final. El vino se mantiene en rima durante un mínimo de 24 meses, lo que favorece el desarrollo de complejidad aromática, notas a panadería y una textura suave en boca. Antes de sellar las botellas con corcho, se realiza el degüelle, momento en el cual se añade el licor de expedición, ajustando así el perfil final del vino.