Se trata de las famosas guindillas “vascas” o “piparras”. Verdes, de pequeño tamaño, muy finas y nada picantes. Se envasan en vinagre de vino y son una delicia.
Una vez cocido al vapor, se desconcha y muy cuidadosamente se lava la vianda en agua templada semisalada para, a continuación y manualmente, seleccionar las piezas de mejor tamaño.